Los corazones de los lectores bombean sangre a más velocidad, y la historia se acerca a su fin.
A la mañana siguiente prosiguieron su búsqueda.
-El escudo debería de estar en el norte del desierto, es decir, por aquí -dijo Gregory.
Buscaron indicios del escudo pero no encontraron nada.
De repente, de la arena, salieron unas criaturas parecidas a los trolls, pero hechos de arena. Gregory y Mary aún conservaban las espadas que habían utilizado contra lo Partüger, y con ellas se dirigieron a luchar contra los trolls de arena.
Las espadas no hacían gran cosa contra los trolls, pues éstos, al ser de arena, podían deformarse y separarse sin hacerse daño.
Los trolls se unieron en un troll gigante, que asestó un gran puñetazo en la cara a Mary, que quedó inconsciente.
Gregory siguió luchando, hasta que a él le hicieron lo mismo que a Mary, aunque consiguió esquivar el golpe. Aún así le hirieron. Cayó al lado de Mary, y sin fuerzas para seguir luchando.
Mary se levantó. Estaba muy cansada, pero consiguió levantarse y despertar a Gregory.
Las espadas, que habían caído al suelo una encima de la otra, se habían unido en una sola espada. Era más grande que las otras dos, y parecía tener algo más que los niños no intuían. La cogieron entre los dos y ambos sintieron una especie de escalofrío que les recorrió el cuerpo.
La espada lanzó una potente llamarada que acabó con el troll, y que dejó al descubierto, que dentro de él, estaba el otro trozo de escudo de Dary.
Los dos fueron corriendo hacia el escudo de Dary. Lo cogieron y lo guardaron bien.
Rápidamente atravesaron el desierto de Habbet, Ziphord, Corembell y se dirigieron al castillo del rey Duchpen y de la reina Terali.
Les recibieron con los brazos abiertos. Al ejército de Nimban le quedaban muy pocos soldados ya, y Bornad había saqueado gran parte del país.
-Dadle el segundo trozo de escudo a Birum y subid con él hacia donde os diga.
Hicieron lo que el rey Duchpen les había dicho y subieron hasta la torre más alta del castillo.
Allí había un tablero de piedra con una inscripción.
-Aquí es donde tenéis que poner los trozos de escudo -les dijo Birum.
Los pusieron y de inmediato, empezó a salir mucha luz y viento del tablero de piedra.
-Apartaos -les advirtió el mago.
De entre el polvo salió Dary otra vez vivo.
-¡Dary! -dijeron Birum, Mary y Gregory.
-¿Quién me ha resucitado? -preguntó Dary.
-Estos chicos. Se llaman Gregory y Mary –contestó Birum.
-Hola -dijeron Mary y Gregory.
-Muchas gracias por haberme resucitado. Os estamos todos muy agradecidos.
-Gracias -dijeron Gregory y Mary.
-Ahora debo ir a combatir, debemos ganar esta guerra. Birum, dígale a Duchpen que prepare al ejército.
Gregory y Mary fueron llevados a las habitaciones, mientras, Dary entrenaba con los soldados.
La próxima semana: El escudo del caballero 9ª parte
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